Las guerras mundiales del siglo XX demostraron que el capitalismo se había convertido en un sistema social totalmente obsoleto. Les siguió una «Guerra Fría» entre dos bloques imperialistas, durante la cual los conflictos por poderes mataron a tanta gente como las guerras mundiales. El viejo sistema de bloques se derrumbó en la década de 1990, pero las guerras imperialistas no desaparecieron. Simplemente, se han vuelto más caóticas e impredecibles. De las muchas guerras que asolan hoy el planeta, las carnicerías de Ucrania y Oriente Medio son la prueba más clara (junto a una crisis ecológica...
En un contexto de aceleración de las tensiones imperialistas donde el sálvese quien pueda es la regla, las burguesías occidentales, en Europa y Estados Unidos, redoblan sus esfuerzos para propagar las peores campañas belicistas en los medios de comunicación.
Publicamos aquí un intercambio de opiniones con T, un contacto en Alemania, centrado en las movilizaciones en apoyo de "Libertad para Palestina".
El sistema capitalista manifiesta su caducidad histórica mediante una dinámica guerrera que se extiende gradualmente por todas partes. La burguesía ya no encuentra en las guerras medio alguno de soliviantar su crisis. En su locura destructiva acaba por enfrentar a proletarios de diferentes países. Este no puede apoyar ningún bando burgués. La manera que tiene el proletariado para oponerse a las guerras es negarse a cualquier sacrificio.
La situación de varios países de Centro América y el Caribe es una caricatura de cómo la sociedad está hundida en la putrefacción del mundo capitalista. El caso más extremo es sin duda el de Haití, que atraviesa crisis incesantes, cada una más trágica que la anterior.
Con la caída del bloque encabezado por la URSS, se rompió también el motivo que cohesionaba y ordenaba al bloque opositor, abriendo la fase de descomposición del capitalismo, fase que se caracteriza por la presencia dominante del caos. También América Latina se vuelve un territorio donde crecen las rivalidades que pueden llevar a desestabilizar a la región.
La caducidad histórica del capitalismo se expresa en la aceleración del caos y la barbarie. Las guerras y conflictos generalizados nos exigen mayores sacrificios. Ante esta situación social las mistificaciones burguesas, como la democracia y las elecciones, ya no pueden ocultar el creciente sufrimiento de la clase trabajadora. Solo el desarrollo de la lucha de clases y la perspectiva histórica del proletariado tiene la capacidad real de acabar con el capitalismo.
La impotencia de la clase dominante frente a la catástrofe ecológica ha generado la necesidad de una especie de compensación ideológica, sobre todo por parte del ala izquierda de la burguesía. En este intento de recuperar la reflexión del proletariado hacia la ideología burguesa, se enmarca tanto la noción de la intervención ecologista del Estado como la del “decrecimiento”, que a primera vista va “más allá” de las ideas cada vez más ridículas de un capitalismo verde. Su misión es, sin embargo, deformar la teoría marxista y la lucha de clases, ofreciendo la ilusión de que serían “los...
Con ocasión del amago de dimisión de Pedro Sánchez, los medios de comunicación han emitido reportajes con los numerosos “golpes de efecto” protagonizados por el presidente del gobierno español. En el seno de la clase dominante de cada nación, vemos la propagación viral de mayores divisiones y querellas internas, con una creciente irresponsabilidad de las distintas facciones del Estado burgués para gestionar los intereses de conjunto de la burguesía de cada país.

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